Según documentos publicados por el diario Folha de Sao Paulo y el diario digital The Intercept Brasil, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva presionó a la constructora brasileña OAS para que concluyera una obra deficitaria en Bolivia.
El expresidente de OAS Léo Pinheiro, preso por corrupción, mencionó a Lula diciendo que el Gobierno brasileño habló de "riesgos diplomáticos" para el país si se paralizaba la construcción de la carretera entre las ciudades bolivianas de Potosí y Tarija, según consta en la declaración realizada ante los investigadores de la Operación Lava Jato.
Estos medios habrían tenido acceso a estas confesiones gracias a las conversaciones hackeadas en Telegram de los fiscales de la Operación Lava Jato.
La obra en esa carretera se inició en el año 2003 con la constructora Queiroz Galvao, pero el contrato se rompió en 2007 después de que Bolivia exigiera reparaciones en fisuras que aparecieron en trechos de la pista recién construidos.
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De acuerdo con Pinheiro, Lula facilitó que el Banco Nacional del Desarrollo Económico y Social (BNDES) financiara obras en Bolivia, convenció a OAS para asumir la carretera desechada por Queiroz Galvao y a cambio prometió otro contrato en el país, como compensación por ejecutar un proyecto problemático.
Tas la intervención de Lula, Bolivia retiró sanciones a Queiroz Galvao, autorizó la transferencia del contrato a OAS y licitó otro trecho que se acabó adjudicando OAS.
OAS asumió la obra entre Potosí y Tajira en 2009, pero según Pinheiro la situación volvió a bloquearse más adelante, ya durante el Gobierno de la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016), cuando el área técnica del BNDES puso inconvenientes a la financiación.
Al final, Bolivia canceló el contrato con OAS y la empresa solo pudo retirar sus equipos y obtener una devolución de garantías "tras los apelos de Lula", según Pinheiro.
Las confesiones de Pinheiro también apuntan que OAS pagó conferencias de Lula en Chile y en Costa Rica para "influir en los negocios de la empresa".
Siempre según su versión, Lula le facilitó encuentros con los expresidentes de Costa Rica Oscar Arias y Laura Chinchila, para que OAS actuase en concesiones públicas del país.
En Chile, Lula habría hablado con el expresidente Ricardo Lagos para evitar que OAS perdiera un contrato de obras al sur del país, y pidió dinero a la constructora para que financiase la campaña electoral de la expresidenta Michelle Bachelet.
Fuente: Sputniknews
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