Bolivia aprobó decreto supremo para dejar de importar asfalto y se utilice cemento boliviano en la construcción de carreteras departamentales.
La medida busca fortalecer a las empresas nacionales y evitar la fuga de las reservas internacionales. Como se sabe, el gobierno construye dos plantas de cemento y con el decreto asegurará la demanda para las nuevas instalaciones.
Durante la inspección de la planta de cemento de Potosí de US$306 millones, de la estatal Empresa Pública Productiva Cementos de Bolivia (Ecebol), Evo Morales anunció que la normativa fue aprobada en la reunión habitual de su gabinete.
La construcción de la instalación de 1.3 millones de toneladas está a cargo de la firma española masa Polysius y presenta un 66% de avance. La planta funcionará a gas natural. Se prevé el inicio de operaciones para febrero de 2020.
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La segunda planta en construcción se encuentra en el departamento de Oruro y se inaugurará en las próximas semanas.
"Los nuevos caminos en construcción, caminos fundamentales de red departamental, ya no se van a construir con asfalto sino con nuestro cemento", afirmó el mandatario.
Actualmente, Bolivia importa asfalto de Brasil y Perú.
Por su parte, el gerente general del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón (IBCH), Marcelo Alfaro, explicó que el cemento rígido es la alternativa correcta por sus características competitivas respecto a duración, facilidad de construcción y menor impacto ambiental.
Se prevé ampliar la producción de cemento en Bolivia este año a ocho millones de toneladas, cuando su consumo local está por los cuatro millones de toneladas, comentó Alfaro.
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