El megaproyecto Autopistas del Caribe, que se concibió como una vía 4G y buscaba iniciar obras en 2022, no ha podido arrancar y entró en etapa crítica ante la posibilidad de una terminación anticipada.
El contrato ya lleva tres años con importantes avances, pero la falta de condiciones para iniciar las obras lo tiene al borde de quedar en el limbo, junto con más de 4 billones de pesos (más de USD 900 millones) de inversión previstos entre Cartagena y Barranquilla.
El concesionario a cargo debe realizar trabajos para construir una doble calzada completa entre ambas ciudades, por una vía paralela a la del mar y que históricamente se ha conocido como La Cordialidad.
El proyecto tiene como objetivo movilizar gran parte de la carga que transita por el Caribe, pero hasta ahora no ha podido despegar debido a problemas con sus peajes: uno de ellos, el de Turbaco, sigue suspendido, y el otro, Arroyo de Piedra, aún no ha sido instalado.
De acuerdo con la concesión, de la cual hacen parte las compañías KMA Construcciones y Grupo Ortiz, esta situación “amenaza con revertir los logros alcanzados y generar un impacto negativo en el desarrollo socioeconómico de los departamentos de Bolívar y Atlántico”.
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Desde la firma del contrato en 2021, Autopistas del Caribe asegura que ha mostrado compromiso con el progreso de la infraestructura vial.
Por ejemplo, se han intervenido 253 kilómetros de vías a cargo, incluyendo el sellado de 151 342 metros de fisuras, 4382 kilómetros de rocería, instalación y reposición de más de 6900 señales verticales, demarcación de 3947 kilómetros de vía, instalación y reposición de 102 253 tachas reflectivas y aplicación de 8471 metros cúbicos de mezcla asfáltica para bacheo, lo que ha facilitado el tránsito entre zonas rurales y urbanas y ha mejorado la competitividad logística de la región.
Igualmente, el proyecto ha generado más de 1800 empleos directos e indirectos y ha implicado compras en bienes y servicios por más de 218 000 millones de pesos (USD 49 millones aproximadamente).
Por lo anterior, los empresarios fueron enfáticos en decir que la posible terminación de Autopistas del Caribe “representa un grave riesgo para los sectores estratégicos de la región, en especial para el transporte multimodal, el sector empresarial, el turismo, las comunidades vecinas, que dependen de una infraestructura vial moderna y segura”.
Y agregaron: “Este proyecto es crucial para la competitividad regional, ya que permite reducir tiempos de desplazamiento, disminuir costos operativos y mejorar la calidad de vida de miles de personas".
Fuente: valoraanalitik.com