Recientemente, los vídeos que circularon en redes sociales por la inundación de la salida norte de Bogotá mostró una vez más las dificultades que enfrenta la capital en la movilidad a través de ese corredor vial. No solo tiene que ver con la congestión vehicular, sino también con inundaciones cuando hay épocas intensas de lluvias.
Este corredor vial hace parte de uno de los proyectos 5G de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que tiene como principal propósito descongestionar el tránsito con la ampliación de la Autopista Norte y la carrera Séptima, así como la extensión de la Perimetral de Sopó.
De acuerdo con Juan Manuel Mariño Maldonado, gerente general de la Concesión Ruta Bogotá Norte, el proyecto demandará alrededor de 1.8 billones de pesos (cerca de USD 410 millones) entre Capex y Opex, es decir, entre la inversión en la obra y la operación y mantenimiento durante 29 años, aproximadamente.
El representante de la concesionaría detalló que en diciembre próximo se presentará el nuevo estudio de impacto ambiental y se proyecta iniciar la fase de construcción en mayo o junio del año entrante (2025). La construcción durará cinco años y medio.
“Básicamente iniciaremos a construir por la calzada oriental, la que va saliendo de Bogotá hacia Chía, Tunja y los Santanderes. Luego pasaríamos a ejecutar en la calzada occidental que es la calzada de entrada a Bogotá. Iniciamos primero con una, con la explanación hacia adentro, hacia el separador central que es por donde va a ir la inmensa mayoría de la ampliación y una vez tengamos esos seis carriles del lado oriental, pues buscaremos mover el tráfico de los dos sentidos hacia esos seis carriles y podremos pasar a trabajar en los carriles occidentales ya de una manera más tranquila, menos traumática”.
En cuanto a cómo se enfrentarán las fuertes lluvias, Mariño Maldonado informó sobre un nuevo diseño que busca elevar la Autopista Norte en los puntos bajos sujetos a inundación. La solución también incluye la ampliación de obras hidráulicas que conectan el agua con los humedales de Torca y Guaymaral.
“Ahí yo creo que es donde está la parte más fuerte de nuestro proyecto y es que al generar esa conexión hídrica y ecosistémica del humedal Torca con el humedal Guaymaral, se matan dos pájaros de un tiro, pues se restaura esa conexión ecosistémica y se evita ese riesgo de inundación que viene sufriendo la autopista por décadas”, aseveró el gerente general de la concesionaria.
Esta solución permitirá devolver la conexión entre los humedales Torca y Guaymaral. “Queremos reconectarlos, volver a permitir el paso fluido y tranquilo del agua entre ambos”.
Fuente: La República