Por Guilherme Ramos (*)
La continuidad de las inversiones en infraestructura es esencial para que Brasil avance en 2023, y las noticias en este caso son bastante positivas. Lo más destacado es con la iniciativa privada.
Guilherme Ramos es director de STO Feiras e Eventos, organizadora del evento Paving Expo.
Datos del diario Valor muestran que la ofensiva de los inversores será fundamental en los próximos años. La publicación recuerda que las concesiones de puertos, carreteras, aeropuertos y ferrocarriles, entre otros, generaron R$ 73 000 millones (USD 14 798 millones aproximadamente) en la ampliación y modernización de la infraestructura de estos segmentos desde 2019, cuando se aceleró el proceso. Otros R$ 18 000 millones (USD 3648 millones aproximadamente) fueron a las arcas del gobierno, resultado del pago de subvenciones.
El peso de la iniciativa privada en el período de 2010 a 2021 es impresionante. En 2010, las inversiones en infraestructuras representaban el 2.46% del PIB y la participación pública era del 57.3% del total. Cinco años después, la iniciativa privada acapara el 60.3% de las inversiones, que representan el 2.14% del PIB. En 2020, la iniciativa privada aumenta su participación hasta el 62.9% y, en 2021, vuelve a aumentar hasta el 66.4%.
En el mismo artículo del diario Valor se recoge la valoración del consultor David Goldberg, de Terrafirma, y la reproduzco íntegra porque resume lo que pensamos y defendemos: "Este es un camino sin retorno, reconocido y reforzado por todos los gobiernos desde los años 90, cuando se produjeron las primeras privatizaciones. Después de todo, la falta de recursos públicos para obras, que obligó al país a romper preconceptos contra la transferencia de activos a la administración privada, es cada vez más flagrante", dice el extracto.
Y eso es lo que se espera del sector del transporte en todas sus modalidades. En el área ferroviaria, por ejemplo, las iniciativas están vinculadas al flujo de la producción agrícola brasileña. Y también en el área de carreteras, donde solo la concesión de la Vía Dutra es responsable de un tráfico de camiones que mueve buena parte del PIB brasileño. La concesionaria que gestiona la autopista invertirá casi 15 000 millones de reales (unos USD 3036 millones) en los 30 años de renovación de la concesión.
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A nivel estatal, en São Paulo, tenemos la gran satisfacción de contar con Tarcisio de Freitas. El nuevo gobernador electo trae la experiencia acumulada de gestión en el área de infraestructura no solo en el gobierno de Jair Bolsonaro, sino también en los anteriores. Nadie mejor que él encarnó las subastas de concesiones de infraestructura, destacándose casos históricos como la Cedae, en Río de Janeiro, el paquete de aeropuertos y puertos, entre otros.
Al hacerse cargo del estado más rico del país, Tarcisio podrá replicar su papel de gran impulsor de la participación privada en las inversiones de infraestructuras, así como mover los recursos públicos de São Paulo, en una iniciativa compartida y, sobre todo, con una política de estado y no de gobierno, como lo hizo al frente del Ministerio de Infraestructuras.
En el sector público, según el diario Estado de S. Paulo, los especialistas prevén inversiones de entre 25 000 y 30 000 millones de reales (USD 6082 millones) en proyectos prioritarios de infraestructura. Los más optimistas hablan de inversiones públicas de hasta 100 000 millones de reales (USD 20 271 millones) hasta 2023. Y habría tres frentes para buscar financiación: el PEC de transición, las reformas parlamentarias al Presupuesto de 2023 y una propuesta de enmienda constitucional que revierta los fondos recaudados en subastas en el área de transportes para reinversión en el propio segmento.
Según Roberto Guimarães, director de Planificación y Economía de la Asociación Brasileña de Infraestructura e Industrias Básicas (Abdib), la iniciativa de invertir en infraestructura es viable y es posible cambiar las reglas del techo de gastos con responsabilidad fiscal, reduciendo los gastos del gobierno y aumentando las inversiones. Guimarães también apuesta por las asociaciones público-privadas (APP) como solución, según la entrevista que concedió al portal BNamericas.
Este es también nuestro punto de vista: reforzamos la importancia de las inversiones privadas - que esperamos que crezcan - y enfatizamos la participación pública en infraestructura, siempre responsable y manteniendo el dinamismo que hemos visto en los últimos cuatro años, con un Ministerio de Infraestructura altamente posicionado a favor del país.
(*) Guilherme Ramos es director de STO Feiras e Eventos, organizadora del evento Paving Expo, que tendrá lugar en mayo de 2023 en la capital paulista; y de BES 2023, el primer evento ferial del área de equipamientos en Brasil, que se celebrará en Jaguariúna (SP), en agosto de 2023.
Guilherme Ramos es director de STO Feiras e Eventos, organizadora del evento Paving Expo.
Datos del diario Valor muestran que la ofensiva de los inversores será fundamental en los próximos años. La publicación recuerda que las concesiones de puertos, carreteras, aeropuertos y ferrocarriles, entre otros, generaron R$ 73 000 millones (USD 14 798 millones aproximadamente) en la ampliación y modernización de la infraestructura de estos segmentos desde 2019, cuando se aceleró el proceso. Otros R$ 18 000 millones (USD 3648 millones aproximadamente) fueron a las arcas del gobierno, resultado del pago de subvenciones.
El peso de la iniciativa privada en el período de 2010 a 2021 es impresionante. En 2010, las inversiones en infraestructuras representaban el 2.46% del PIB y la participación pública era del 57.3% del total. Cinco años después, la iniciativa privada acapara el 60.3% de las inversiones, que representan el 2.14% del PIB. En 2020, la iniciativa privada aumenta su participación hasta el 62.9% y, en 2021, vuelve a aumentar hasta el 66.4%.
En el mismo artículo del diario Valor se recoge la valoración del consultor David Goldberg, de Terrafirma, y la reproduzco íntegra porque resume lo que pensamos y defendemos: "Este es un camino sin retorno, reconocido y reforzado por todos los gobiernos desde los años 90, cuando se produjeron las primeras privatizaciones. Después de todo, la falta de recursos públicos para obras, que obligó al país a romper preconceptos contra la transferencia de activos a la administración privada, es cada vez más flagrante", dice el extracto.
Y eso es lo que se espera del sector del transporte en todas sus modalidades. En el área ferroviaria, por ejemplo, las iniciativas están vinculadas al flujo de la producción agrícola brasileña. Y también en el área de carreteras, donde solo la concesión de la Vía Dutra es responsable de un tráfico de camiones que mueve buena parte del PIB brasileño. La concesionaria que gestiona la autopista invertirá casi 15 000 millones de reales (unos USD 3036 millones) en los 30 años de renovación de la concesión.
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A nivel estatal, en São Paulo, tenemos la gran satisfacción de contar con Tarcisio de Freitas. El nuevo gobernador electo trae la experiencia acumulada de gestión en el área de infraestructura no solo en el gobierno de Jair Bolsonaro, sino también en los anteriores. Nadie mejor que él encarnó las subastas de concesiones de infraestructura, destacándose casos históricos como la Cedae, en Río de Janeiro, el paquete de aeropuertos y puertos, entre otros.
Al hacerse cargo del estado más rico del país, Tarcisio podrá replicar su papel de gran impulsor de la participación privada en las inversiones de infraestructuras, así como mover los recursos públicos de São Paulo, en una iniciativa compartida y, sobre todo, con una política de estado y no de gobierno, como lo hizo al frente del Ministerio de Infraestructuras.
En el sector público, según el diario Estado de S. Paulo, los especialistas prevén inversiones de entre 25 000 y 30 000 millones de reales (USD 6082 millones) en proyectos prioritarios de infraestructura. Los más optimistas hablan de inversiones públicas de hasta 100 000 millones de reales (USD 20 271 millones) hasta 2023. Y habría tres frentes para buscar financiación: el PEC de transición, las reformas parlamentarias al Presupuesto de 2023 y una propuesta de enmienda constitucional que revierta los fondos recaudados en subastas en el área de transportes para reinversión en el propio segmento.
Según Roberto Guimarães, director de Planificación y Economía de la Asociación Brasileña de Infraestructura e Industrias Básicas (Abdib), la iniciativa de invertir en infraestructura es viable y es posible cambiar las reglas del techo de gastos con responsabilidad fiscal, reduciendo los gastos del gobierno y aumentando las inversiones. Guimarães también apuesta por las asociaciones público-privadas (APP) como solución, según la entrevista que concedió al portal BNamericas.
Este es también nuestro punto de vista: reforzamos la importancia de las inversiones privadas - que esperamos que crezcan - y enfatizamos la participación pública en infraestructura, siempre responsable y manteniendo el dinamismo que hemos visto en los últimos cuatro años, con un Ministerio de Infraestructura altamente posicionado a favor del país.
(*) Guilherme Ramos es director de STO Feiras e Eventos, organizadora del evento Paving Expo, que tendrá lugar en mayo de 2023 en la capital paulista; y de BES 2023, el primer evento ferial del área de equipamientos en Brasil, que se celebrará en Jaguariúna (SP), en agosto de 2023.
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