En la reconstrucción de la vía Cuenca-Azoques-Biblián, al menos cada 3 Km de carretera, se encuentra una falla o deslizamiento de grandes proporciones que debe intervenirse inmediatamente. La carretera ubicada en la parte centro-sur del territorio ecuatoriano entre las Cordilleras Occidental y Oriental de los Andes, de una longitud de 43,6 Km la construye la empresa Hidalgo e Hidalgo S.A.
El fenómeno de los deslizamientos se produce por la conformación geológica del terreno añadido a la gran cantidad de micro-cuencas hidrográficas superficiales y aguas subterráneas que generan sitios inestables de grandes masas.
La vía, la más importante de la zona austral de Ecuador, se desarrolla por un trazado de pendientes pronunciadas que rompen cuidadosamente la encrespada cordillera de Los Andes. Los primeros 34 Km. de este proyecto incluyen un incremento de la sección transversal de 4 a 6 carriles de 3,65m cada uno potenciando la movilidad vehicular en la red estatal de carreteras, incluido un parterre central de 4 metros con embellecimiento vegetal de plantas ornamentales y césped, al que se incluye un sistema de iluminación que en las noches brinda seguridad y un agradable impacto visual.
En zonas urbanas se incorporan veredas de 2 metros de ancho y cunetas laterales integrando servicios y seguridad al peatón. Los últimos 9,6 Km por factores técnicos y de tráfico tiene de 2 carriles con sus respectivos espaldones laterales.
La ruta se extiende desde la ciudad de Cuenca, por la troncal de la sierra (E35) hacia el norte, pasando por la ciudad de Azogues y concluye en el cantón Biblián. La ciudad de Cuenca es la capital de la provincia del Azuay, considerada como la ciudad más europea debido a su arquitectura colonial que se asemeja a muchas ciudades de España, se encuentra en las tierras altas de Ecuador a unos 2.500 metros sobre el nivel del mar, con una población urbana de aproximadamente 400.000 habitantes.
La carretera se proyecta por el norte, hacia la capital Quito y Puente Internacional Rumichaca punto de frontera con Colombia; por el Sur, se conecta con la vía Cuenca – Loja continuando hasta el Puente Internacional Macará punto colindante con el Perú; también desde Cuenca se deriva una arteria estatal occidental hacia Machala en la costa ecuatoriana y en el Km 20 se desarrolla un ramal hacia Macas en la región oriental.
Las obras de rehabilitación, ampliación y mantenimiento de la carretera tienen tres tramos diferenciados:
Tramo I:
El Salado-Guanguarcucho: 20,98 km.
Está en rehabilitación con un avance del 85%, corresponde a una autovía urbana que cruza de norte a sur la ciudad de Cuenca de 6 carriles, sobre un terreno cuyas características topográficas pertenecen a zonas montañosas que varían de llano a ondulado. El principal problema constructivo se debió a la obligatoriedad de trabajar con la vía en funcionamiento y tráfico que supera los 15.000 vehículos diarios, sumado a cortes muy altos que exigieron ser estabilizados con pernos de anclaje, malla triple torsión y revestimiento de hormigón lanzado.
Tramo II:
Guanguarcucho–Azogues: 12,99 km.
En ampliación con un avance del 80% también pertenece a una zona montañosa, con frecuentes deslizamientos laterales por presencia de aguas subterráneas y en los últimos meses agravados por la fuerte estación invernal. Los problemas constructivos son similares en toda la vía, sin embargo, forzaron a incrementar jornadas laborales en la noche y madrugada para optimizar las pocas horas sin lluvia que permitieron ejecutar trabajos con adecuados controles de calidad.
Tramo III:
Azogues-Biblián: 9,65 km
Está en rehabilitación con un avance del 100% aunque el último invierno afectó un talud en el Km. 8, que requiere un estudio completo para procurar una solución definitiva.
Pasos elevados peatonales
El paso de peatones entre ambos lados de la vía, es otro de los problemas que presenta esta arteria vial debido a asentamientos poblacionales que se han expandido considerablemente. La programación establece construir preliminarmente 15 pasos elevados, uno cada 3 Km en promedio.
Redondeles
En toda la vía existen siete redondeles (distribuidores de tráfico), que generaron serios inconvenientes constructivos debido al congestionamiento del tránsito acumulado. Un importante despliegue publicitario hacia los usuarios con efectiva señalización temporal, personal capacitado y apoyo de organismos estatales de control de tráfico permitió que las afectaciones y reclamos ciudadanos se minimicen.
Drenaje
La Administración de la carretera tiene claro que las obras de drenaje y subdrenaje, configuran un sistema prioritario para el periodo de vida útil de la vía que se destina a recibir y encauzar el agua para sacarla, en forma eficiente y rápida, fuera de la carretera.
“La conservación en buen estado de las obras de drenaje, es condición esencial para la preservación y el funcionamiento eficiente de los caminos” señala el Ing. Ing. Oswaldo Molina Bernal, superintendente de la empresa constructora. Por esta razón, es una de las operaciones principales del mantenimiento rutinario implementadas por el contratista durante el proceso reconstructivo en el sentido de asegurar que todos los elementos del sistema de drenaje funcionen correctamente para que el agua superficial y subterránea puedan fluir rápidamente.
Señalización y elementos de seguridad
La señalización horizontal tiene un avance del 80%, con aplicación sobre la calzada de pintura termoplástica con microesferas de cerámica que garantizan valores de reflectividad superiores a los especificados.
La señalización vertical se constituye básicamente por elementos flexibles (postes metálicos livianos y tol de aluminio) que afectan poco a quien se impacte, reduciendo los daños personales. Adicionalmente, estas señales se fabrican con el mejor material reflectivo existente en el mercado internacional que es importado directamente por el contratista.
Protección ambiental
Las principales medidas de protección ambiental están relacionadas con la limpieza de la vía, el manejo de basuras, la extracción de material de canteras y de zonas de préstamo, el aprovechamiento de fuentes de agua, el uso de sitios para depósito de materiales excedentes, el cuidado de las aguas, el manejo de la vegetación que incluye el roce, la poda, la siembra, y descontaminación visual, entre otras. “Estas actividades tienen estrecha relación con los usuarios viales y comunidades que están localizadas en la zona de influencia de la vía, por lo que hemos manejado una política de colaboración mutua entre las partes afectadas” señala el Ing. Molina.
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