La República Dominicana tiene una extensión territorial de 48.442 km2. Con una población de 10 millones de habitantes y una densidad poblacional de 206 hab/km2, la distribución de la población se divide en 35% en las zonas rurales y 65 % en las zonas urbanas, resaltándose que el 35% de la población urbana vive en el Gran Santo Domingo, un polígono urbano compuesto por la ciudad capital Santo Domingo y sus cuatro municipios satélites.
Carreteras de la República Dominicana
La red vial dominicana tiene una longitud de 19.705 Km, con una densidad de 0,41, lo que nos representa 410 metros por cada km2 del país. Configuradas en 5.890 km de carreteras, 9.454 km de caminos vecinales y 4.360 km de caminos temporales y/o de terracería.
Esto coloca a la República Dominicana en el quinto lugar entre los países latinoamericanos con mejor infraestructura vial, según lo establecido por el Foro Económico Mundial en el Informe Global de Competitividad 2013-2014. Siendo superada solamente por Chile, Panamá, México y Brasil.
Asimismo, este estudio sitúa al país en el puesto 62 de 148 estados en el mundo con mejor calidad en su red vial. La base para este crecimiento exponencial de la red vial ha sido la
La nación caribeña tiene un buen panorama de crecimiento de su red de carreteras
búsqueda de la reducción de los costos en los fletes de transporte, el aumento de la seguridad vial y de la accesibilidad, así como el acrecentamiento de la competitividad regional.
Las carreteras se agrupan y cuantifican de la siguiente manera: A- 1.463 Km de carreteras troncales, las cuales son caracterizadas por proporcionar un elevado nivel de movilidad para grandes tránsitos, su función primaria es conectar las principales ciudades del país.
B- 2, 823 Km de carreteras regionales, éstas manejan un volumen de 4.000 vehículos diarios y sirven como rutas alimentadoras al sistema troncal. C- 1.604 Km de carreteras locales, poseen volúmenes vehiculares de 2.000 veh/dia y sirven a la demanda de tráfico de corta distancia.
Los caminos vecinales son vías de acceso que enlazan las áreas rurales o agrícolas, las cuales se desenvuelven con un tráfico vehicular reducido 20-300 veh/dia. De este tipo de vía el 26% -2.458 Km- están asfaltados, pudiendo ser transformados en carreteras regionales, si el Estado Dominicano así lo decidiera, con unas económicas modificaciones.
Dada la importancia que se le otorga a la agricultura en República Dominicana, un 51% de los caminos vecinales ha sido sometido a tratamientos de doble riego asfáltico y a un mantenimiento permanente, como forma de facilitar el transporte de los productos agrícolas hacia los centros de distribución y consumo.
Debido a la alta concentración poblacional en las áreas urbanas del país, ha habido que elaborar soluciones definitivas y grandes para solucionar o reducir el congestionamiento del tránsito.
El turismo ecológico, desarrollado exitosamente en el país, realiza un uso intensivo de los caminos temporales o de terracerías puesto que una gran parte de ellos interconecta las zonas montañosas con las costas, une poblados con balnearios, con cuevas espeleológicas, con lugares de interés histórico colonial, es decir con la diversidad expectante que proporciona un país de alto interés turístico.
El Estado Dominicano es el operador/propietario del 75% de las carreteras, por medio del Ministerio de Obras Públicas, organismo que se encarga del mantenimiento, reparación, reconstrucción y ampliación de las vías.
Estudios realizados indicaron que se precisaban de US$950 millones por cada período de cinco años consecutivos, para hacerle frente a la construcción, reconstrucción y ampliación de las carreteras.
La necesidad de obtener estos recursos frescos para acometer la solución de este amplio proyecto vial indujo en el año 2002 al Estado Dominicano al inicio de una serie de Concesiones Viales. No obstante, esa posibilidad de negocio no ha sido aprovechada por los inversionistas, por cuanto –hasta el momento– el Estado Dominicano ha tenido que rescindir dos Concesiones, tanto por bajo rendimiento y como por peor capacidad de inversión de los mismos.
Ha de destacarse que la experiencia de las concesiones viales no ha sido gratificante, ni para el Estado Dominicano ni para el ciudadano que hace uso de las vías concesionadas. Esto así, porque luego de concluidas las mismas, los peajes establecidos son sumamente costosos para los usuarios, además de que el mantenimiento de la carretera no es apreciable, así como los aspectos de la seguridad física y vehicular los cuales no cumplen lo establecido en el contrato de concesión, por cuanto el Ministerio de Obras Públicas ha tenido que aumentar su labor fiscalizadora para obligar al cumplimiento contractual.
Dentro del modelo implementado de Concesión-Operación-Mantenimiento-Cobro Por Peaje, se encuentran funcionando a plenitud las siguientes carreteras:
1- Autopista Juan Pablo II, une Santo Domingo con Samaná, 106 km.
2- Autopista San Pedro de
Macorís-La Romana, 100 km.
3- Autopista Del Coral, une a La Romana con Punta Cana, 70 km.
4- Circunvalación Santo Domingo, une los puertos Haina y Punta Caucedo, 72 km.
5- Circunvalación de La Romana, 12 km.
El éxito de estas vías concesionadas está íntimamente ligado al sector turismo, porque las comunidades que ellas enlazan son las de mayor pujanza y desarrollo de éste tan importante renglón dominicano.
Por la alta concentración poblacional en las áreas urbanas del país, ha habido que elaborar soluciones definitivas y grandes para solucionar o reducir el congestionamiento del tránsito, es por eso que en Santo Domingo y en la segunda ciudad en importancia de Santiago de los Caballeros se han construido 12 pasos a desnivel en las intersecciones de mayor flujo vehicular y con menor espacio de desenvolvimiento. A este conjunto de pasos a desnivel, a sus obras conexas y complementarias se les ha llamado Corredores. Es un proyecto del Estado Dominicano con la participación de la empresa brasileña Odebretch.
Luis Felipe de la Cruz Noboa es un ingeniero civil basado en Santo Domingo, República Dominicana.
A la red vial dominicana hay que agregarle el alto volumen de pavimentación de las vías de las ciudades y municipios. En un proceso iniciado con el Acuerdo de San José y más adelante con Petrocaribe, el Estado Dominicano se ha estado beneficiando por más de 25 años de la utilización de un porcentaje de la factura petrolera pagada a Venezuela para pavimentar con asfalto las vías de las comunidades. Esos fondos han sido utilizados para pavimentar cerca del 80% de las calles y avenidas de las 31 provincias y el Distrito Nacional que componen la República Dominicana.
La República Dominicana conforme a su condición insular es un país muy bien comunicado por vía terrestre. Ha sido preparada con esfuerzo y dedicación para producir, servir, competir.
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